sábado, 8 de junio de 2013

Capítulo 3. Te marchaste, y aquí me quedé...

Gema está castigada en su habitación cuando de repente, suena su Whats App. ¿Quién será? ¿Qué querrá? Sea quien sea, lo único que consigue es fastidiar más a Gema... y iniciar una escapada furtiva...

"Maldita sea... Me voy a tener que ir con mis padres y encima no puedo quedar los últimos días que e quedan aquí con mis amigas... ¡Qué mierda..." - piensa Gema tumbada en su cama cuando de repente, suena el Whats App del móvil - "¿Qué narices...? ¿Quién será? Veámoslo..."
Gema se levanta y coge el móvil. "¡Cuántos Whats Apps!" - piensa. - "Anais, Dana..., ¡Alex! ¿Qué quiere ese niñato?" - sigue pensando Gema.
Gema lee la conversación, Alex le pedía perdón continuamente,  no paraba de disculparse y de quitarse la culpa. "Imbécil..." - pensó Gema. La conversación transcurrió así:
- [...] Gema, yo no tengo la culpa, fue ella...
- Alex, ¿no te cansas de hacer el ridículo?
- Gema, perdóname, yo no quería.
- No, claro que no. Tu nunca quieres, pero al final siempre haces...
- Es que, yo soy así, me dejo engatusar fácilmente.
- Pues por eso mismo tenemos que dejarlo estar, porque no queremos que vuelva a pasar, ¿verdad?
- Gema, no volverá a pasar...
- ¿Y eso cómo lo sabes? Alex, no es culpa tuya, tú no querías... simplemente eres así, te dejas engatusar fácilmente...
Y Gema, con ironía terminó la conversación. Gema dejó el móvil en la mesilla de noche y se tumbó en su cama. "¿Pero este qué se ha creído? En fin..." - pensó. Durante toda la tarde el móvil siguió sonando pero Gema, lo ignoró. "Y pensar que hoy mismo he sacado unas notas estupendas y he comido con mis amigas... Es de locos, que un día así acabe de esta manera..." - pensó Gema - "Pero... el día aún no ha acabado..."

Gema, se levantó de la cama de un salto con una sonrisa y salió de su casa por la ventana. "Ventajas de vivir en un primero" - pensó satisfecha de pisar la calzada. Llamó a Alex para quedar en el parque, quería hablar con él urgentemente. Desde luego, no iba a volver con él, es cierto, estaba colada por él, pero eso no iba a cambiar la situación. De todos modos, le quedaba mucho y seguro que conocería a otra persona. Llegó al parque, como es muy pequeño no hay problema para encontrar a las personas. Gema se sentó en la rama de un árbol y casó el móvil. " A ver qué me ha estado mandando Alex..." - pensó leyendo la conversación.

Por fin, llegó Alex y pudieron hablar.
- ¿A qué ha venido lo de esta tarde? ¿Qué pasa? ¿No te ha valido la explicación de esta mañana?
- Gema, escúchame. Tienes razón, me equivoqué...
- ¡Vaya si te equivocaste! - dijo Gema sin dejarle a acabar.
- Como decía, tienes razón. No sé que hacer para que volvamos...
- Yo te lo diré: no hagas nada. - volvió a interrumpirle Gema.
- ¿Por qué? Un error lo tiene cualquiera, ¡somos humanos!
- Alex, ¡te fuiste! ¡Te fuiste un fin de semana entero! Te llamé, te mandé mensajes, ¡fui a tu casa! Me quedé sola pensando si por alguna razón ya no me querías... Pensé qué había hecho mal mientras que tú te "divertías" con otra... Te fuiste, y me quedé sola...
- Gema...
- ¡No! ¡Gema, no!¡Me hiciste daño, mucho daño...! - dijo Gema entre lágrimas.
- No ha sido buena idea quedar aquí... mira lo que has conseguido...adiós.

Él se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad de la noche. Gema cayo al suelo de rodillas para seguir llorando en el frío suelo del parque. Cuando quiso darse cuenta, era tardísimo y estaba sucia. Se levantó, intentó correr hasta su casa pero a medio camino tuvo que parar, se sentía fatal. Alex tenía razón, no había sido buena idea quedar. Gema, subió de nuevo a su habitación por la ventana. Cogió la bolsa con sus cosmético y fue al baño. Se quitó el maquillaje y se lavó la cara, así podría disimular que había llorado si le preguntaban. Fue a cenar y su madre le preguntó:
- Gema, ¿qué te ha pasado?
- ¿Qué? - respondió Gema disimulando que no sabía nada.
- Hija, tienes los ojos llorosos, ¿tan malo es tener que irte de vacaciones con nosotros?
- No he llorado, mamá. Es el agua, que me ha irritado los ojos, nada más.
- Está bien.
- ¿Y papá? ¿No le esperamos? - preguntó Gema cambiando de tema.
- Le han cambiado el turno, va por las noches.
- Vale.

Al acabar de cenar, Gema se fue directamente a dormir. Apagó el móvil para no distraerse si le mandaban Whats Apps y se durmió. No paró de pensar en Alex, ¿por qué? ¿No estaría dispuesta a perdonarle? Fueran cuales fueran sus intenciones, Gema se durmió y dejó de pensar en eso.
Continuará...

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