domingo, 9 de junio de 2013

Capítulo 4. ¿Lo pensaste? Creo que no...

Gema se levanta y para su suerte, sus padres se muestran compasivos así que queda con Anaís y Dana pero, por desgracia, se encuentra con Alex...

Gema abrió los ojos, había pasado una mala noche. Se levantó y salió de su cuarto. Sus padres estaban en el sofá sonriendo. "¿Qué narices les pasa?" - pensó. Se acercó a ellos y le dijeron:
- Gema, tu madre y yo hemos pensado que te mereces quedar aunque solo sea estos días antes de irnos.
- ¿¡Enserio!? - dijo Gema flipando.
- Sí.
- ¡Qué bien! ¡Muchas gracias!

Gema cogió el móvil y llamó a Anaís y a Dana, quedaron en salir y comer en un restaurante de comida rápida (lo que viene a ser un McDonald's). Gema cogió su camiseta nueva y se la puso, era blanca con rayas de colores y ponía "Love" (amor en inglés) con letras negras. Le encantaba esa camiseta. Se puso sus pantalones cortos blancos y sus sandalias, blancas también. Se maquilló poco, solo rimel y un poquito de gloss en los labios. Se despidió de sus padres y salió a todo correr de su casa. Estaba tan entusiasmada que todo iba perfecto, demasiado perfecto. De repente, se cruzó con Alex.
- Hola. - le dijo con voz apagada.
- Hola, Alex.- devolvió el saludo.
- ¿Qué tal?
- Bien, mis padres se han apiadado.
- Por...
- Estaba castigada. En fin, no hablemos de mi, hablemos de ti. ¿Qué tal tu conciencia?
- Gema, te lo he dicho miles de veces. Lo siento.
- Sí, si yo también lo sentí. - dijo Gema irónica.
- ¡Gema! ¡Lo he pensado día y noche desde que ocurrió!
- ¿¡Que lo pensaste!? ¡Jajajaja! Lo siento, pero creo que no...
- Mira, si no lo vamos a arreglar, mejor lo dejamos estar.
- No, mira tú. Perdonarte, te puedo perdonar, pero olvidar lo que hiciste, ¡jamás! Tú lo que quieres es arreglarlo para que tu conciencia esté tranquila, pues escúchame: No te voy a perdonar. Sufre como yo lo hice. Ahora te toca a tí.
- Gema...
- No, Gema, no. Adiós.
- Adiós...

Gema se fue firme, pero en cuanto se aseguró de que no la veía rompió a llorar. ¿Cómo podía llorar? Había sido no solo un mal novio, sino una mala persona, además. Pero ella estaba colada por él, y lo peor es, que lo sabía. Siguió andando intentando consolarse pensando que él había sido un idiota, pero no lo consiguió. Sacó el móvil para mirar una foto de ellos pero entonces miró la hora. ¡Era tardísimo! Empezó a correr todo lo rápido que podía. Llegó a donde estaban Anaís y Dana.
- ¿Qué te ha pasado? Has llegado tardísimo. ¡Cariño! ¿Has llorado? - preguntó Anaís.
- ¿Qué ocurre Gema? - preguntó Dana.
- Nada, es que he encontrado a Alex y me ha dado la chapa con que lo sentía. Que lo había pensado decía...
- Déjalo que sufra, lo merece.
- Sí. - apoyó Dana la propuesta de Anaís.
- Eso le he dicho, ¡jajaja!
- ¡¿En serio?! - exclamaron las dos amigas.
- Sí, ¡jajaja! Vamos a entrar a comer anda.
- Vale, ¡pero qué fuerte! - dijo Anaís.
- Ya te digo. - dijo Dana.
Continuará...



No hay comentarios:

Publicar un comentario