viernes, 17 de enero de 2014

Capítulo 31. Seis días. Primera parte.

"Y por una vez, me pongo sentimental, y digo que aquella noche, sentimos la magia de una noche de verano". Gema.

Después de un largo día incomunicada, me levanté y encendí el móvil. Enseguida me llegaron como unos cuarenta WhatsApps y me puse a leerlos. Unos cuantos, eran de Anaís y Dana en nuestro grupo, que decían que estaban muy contentas porque quedaban solo seis días para vernos. En parte me alegré y en parte entristecí. Quería verlas, pero no quería dejar Vizcaya. No quería olvidar a mis nuevos amigos. Además, habíamos vivido tantas cosas... Seguí leyendo los Whatts y vi que tenía otra buena hilera de mensajes en el chat de "Alex♥". Antes de leerlos, me sentí fatal ¿Qué iba ha decirle? Hola, te quiero mucho. ¿Y después? ¿Qué iba ha hacer después? ¿Irme con Jon por ahí? Estaba claro que eso de no decirle nada me estaba matando. Quizá era porque no me había parado a pensar en que lo que estaba haciendo, era simplemente ponerle los cuernos. Abrí la bandeja del chat y leí todos los mensajes. La mayoría de los mensajes eran cosas como: "Te quiero mucho", "Te echo de menos", "Ojalá estuviéramos juntos", "Hace mucho que no hablamos", "Quiero verte", "No puedo esperar seis días. Y sí, llevo la cuenta.", "Te recuerdo que en cuanto vuelvas me iré yo. Deberíamos tener más días para nosotros...", "Ojalá supiera conducir para ir a verte.", y cosas de ese estilo. Está claro que eso de que quería venir me ponía los pelos de punta... Pero él lo había dicho: No sabía conducir. Seguí leyendo los WhatsApps y me llevé una sorpresa al ver que Ángel me había respondido. Me había dicho "Hola. Siento no haber hablado mucho contigo... Estaba ocupado...". Y no pude evitar responderle "Tranquilo. Yo también he tenido mis movidas". No quería que él se sintiera culpable siendo que yo tampoco  había caído en que no hablaba con él desde hacía unos días.

Apagué el móvil y lo tiré a la cama. Salí al balcón y me quedé mirando a la playa, que se veía a lo lejos como siempre. Realmente me quedaban seis días. Eso de llevar la cuenta atrás me deprimía muchísimo. Tanto, que entonces pensé en Alex y en que dentro de seis días iba a ser suya y solo suya. Pero en realidad no era eso lo que me deprimía tanto, sino el no volver a ver a Jon jamás. Miré al reloj. Eran ya casi las diez, así que me vestí con el típico outfit playero (una camiseta de tirantes azul clara y unos shorts vaqueros con una flor hawaiana en el bolsillo) y fui derechita a la caseta.

Al llegar, abrí la puerta y vi justamente a quien quería sentado en el sofá: a Jon. Me acerqué, lo besé y me senté su lado. Estaba deprimido, ¿pero por qué?
-Jon... ¿estás bien?
-Emm, sí bueno. No.
-¿Y eso?
-Venga ya. No hagas como que no lo sabes.
-Te lo digo en serio - dije muy seria - no tengo ni idea así que sé claro.
-Te vas en seis días...
-Buff. ¡Qué susto! Pensaba que me ibas ha dejar o algo así.
-¿Dejarte¿ ¿Por qué?
-Bueno... Ayer no te hablé.
-A ver, me imagino que estarás mal.
-¿Y como es que te lo imaginabas?
-Pues... porque por mucho que me quieras, tú tienes novio y le estás poniendo los cuernos y...
-Calla, calla. - le dije para que me dejara hablar - Ese asunto ya lo hemos hablado myself and I así que no te preocupes porque pienso estar genial contigo hasta que me vaya... Aunque me fastidie.
-Mira, - dijo girándose hacia mi - no te voy ha obligar.
-No pasa nada. De verdad.
-Gema, sé que lo estás pasando mal. Y... ¿recuerdas lo que pasó la última vez que te fuiste a reflexionar?
-Perfectamente.
-Pues eso.
-Tranquilízate, ¿vale? Ya he hecho las paces con las rocas y todo está bien.
-Pues me alegro pero... Yo también tengo algo que opinar.
-Pues dilo sin más.
-Me vas a llamar egoísta...
-Dilo.
-No quiero que dentro de seis días tengamos que olvidarnos.
-Jon, no te voy a olvidar nunca.
-¿Y qué vas ha hacer sino? ¿Salir con ese otro, que claramente te gusta, recordándome? ¿Casarte y pensar en mí?
-Para el carro. No digo que me vaya ha hacer monja ni nada de eso. Y cada uno rehará su vida pero, ¿no quieres que nos recordemos siempre?
-No lo entiendes. Yo no quiero recordarte siempre y que mientras yo te recuerdo, otro esté viviendo contigo.
-¿Sabes? No eres egoísta.
-No era eso lo que quería oír.
-Lo siento, pero ¿qué puedo hacer yo? ¿Qué querías?
-Tienes razón. Por eso... ¿quedamos esta noche?
Hubo un silencio horrible. Él me miraba fijamente a los ojos. Y yo intentaba esquivar su mirada mirando en otra dirección, pero me era imposible. Pensé que si pretendía hacer algo eso ya me mataría. Una cosa es ponerle unos cuernos pequeñitos a Alex y otra cosa era acostarme y todo con otro. No podía hacerle eso a Alex, pero tampoco podía decirle que no a Jon... Así que le dije:
-Sí.

-Perfecto. - dijo Jon. Acto seguido, se levantó, me dio un beso en la mejilla y se fue la mar de contento por la puerta. Y mientras, yo, me sentía mal no: lo siguiente.
Y me fui a casa, preparar algo que ponerme y ha hablar con las chicas.

Continuará...

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