jueves, 27 de febrero de 2014

Capítulo 35. Cuatro días. Primera parte.

"Las tragedias nos hacen pensar sobre la vida, sobre lo que pudimos hacer pero que no hicimos, sobre lo que hicimos pero no deberíamos haber hecho..." Gema.

Habíamos pasado todo el día anterior abrazados en el sofá. Jon y yo nos habíamos contado todos los secretos (bueno, casi todos) y lo habíamos pasado muy bien. Pero había algo que nos quitaba el sueño. No habíamos podido dormir en toda la noche y habíamos hablado de qué hacer al día siguiente para solucionar lo que había pasado. Y era por eso, por lo que estábamos juntos en mi casa de  nuevo a la mañana siguiente. Otra vez en el sofá. Pero no abrazados. Ni mucho menos.

Salimos y me puse el otro conjunto que era parecido al que llevaba, el que más me gustaba.
Tenía palabras y números escritos en colores claritos como el amarillo, el rosa y el azul. Después, el pantalón era verde pistacho y tenía un cinturón y un lazo del mismo estampado que la camiseta.

Fuimos a la playa. Hacía tanto tiempo que no nos reuníamos todos juntos allí... Las cosas se habían torcido demasiado, y en tan solo cuatro días, dejaría Vizcaya para volver a Madrid. La idea no me ilusionaba ¿pero que iba ha hacer? No había manera de alargar las vacaciones, y aunque la hubiera, acabaría llegando el final.

Hacía días que no hablaba con mis amigos de Madrid porque las cosas ya se habían arreglado y aunque echaba de menos a Alex, hablar con él mientras Jon estaba cerca (aunque fuera simplemente al otro lado de Vizcaya), me era totalmente imposible. Así que nada de hablar con él.

El caso es que fuimos a la playa y allí estaban todos bebiendo zumos. Bueno, no todos. Estaban solo Estitxu, Irantzu y Unai. Nos pareció raro pero no queríamos ir, irrumpir y preguntar por ellos. Queríamos arreglarlo no empeorarlo.

Al vernos, Estitxu se levantó y me dio un abrazo haciéndome soltar la mano de Jon. Unai lo miró unos instantes y fue con él para darle la mano. Irantzu vino y nos juntó a todos en piña. Yo quería hablar seriamente pero no pude. Las sonrisas empezaron a aparecer en las caras de todos, incluida la mía. Y hasta lloré, pero esta vez de felicidad. Me había vuelto muy blanda allí. Pero ese era mi nuevo yo.
-Perdona, de verdad nosotros no fuimos. - dijo Estitxu.
-De verdad, nosotros solo... - dijo Irantzu.
-Solo pensamos que era una tontería. No sabíamos que era por ese tipo. - acabó Unai la frase de Irantzu y le dio la mano.
-Lo sabemos, lo sabemos. - dije.
-Sí, no os preocupéis. - dijo Jon.
-Pero... ¿qué ha pasado con los del grupo de volei? -pregunté.
-Pues... nos hemos peleado y ya no estamos en el equipo. Estaban todos de parte del chico. Increíble. - dijo Estitxu.
-No lo sabía. Lo siento. - dije abrazando a Estitxu.
-Tranquila, nosotros tampoco. No sabíamos lo que pretendían. - dijo ella.
-Pero, ¿cómo sabéis lo que me pasaba con ese chico? Nunca os lo dije. -preguntó Jon.
-Porque al ver que saliste del equipo, después de eso y  lo mal que estabas... nos informamos. Somos tus amigos y bueno, cuando lo supimos, preferimos no decirte nada porque parecía que lo habías superado. - dijo Unai.
-Me alegro, tío. Aunque aún no lo había olvidado, me habría ido fatal que me hubierais agobiado. En el buen sentido. - dijo Jon.
-Y... a todo esto. ¿Desde cuándo os dais la manita y os termináis las frases el uno al otro? - dije riéndome.
-Pues... desde que salimos juntos. -dijo Irantzu.
Primero silencio. Después risas y abrazos.
-Ha llegado el momento de decirlo jaja. - dijeron Unai y Irantzu a la vez.
-Bueno, ¿zumos? - dije.
Y así fue. Zumo y música. Y mar. Una gran mañana.

Pero entonces llegó la hora de comer. Estaba comiendo con mis padres en un restaurante (porque quedaba poco tiempo de vacaciones y querían que comiéramos juntos) que estaba justo al lado de la playa cuando me llegó un WhatsApp. Que no esperaba. Para nada.
-Gema, te echo de menos. No puedo esperar a que vengas y estar contigo un solo día. Háblame. Responde en cuanto leas esto.
Era de Alex.
Empezaba a agobiarme. Antes lo quería pero ahora... ¿iba a ser capaz de volver y seguir como siempre? Antes no conocía a nadie más que a los de mi quinta, a los de mi instituto pero... ahora el curso había terminado y había conocido a Jon. Mis sentimientos habían cambiado por completo. Otro WhatsApp interrumpió mis pensamientos.
-Gema, apaga el móvil aunque sea solo por hoy en la comida. - dijo mi madre.
-Perdona. Es... Anaís. Que no puede esperar para contarme lo que ha hecho en este mes sin mi. Jajaja. - dije falsamente.
Respondí al WhatsApp:
-Alex, ahora no puedo hablar. Luego hablamos.
-¿Por qué? Nunca puedes. - respondió.
-¡Jon te he dicho que no puedo! Estoy comiendo.
Enviar.
Gran cagada.
"Mierda", pensé al leer el nombre que había mandado. "No, no, no".
-¿Jon? Gema, ¿quién es Jon?!
Mierda.
-¡Gema! Anaís puede esperar, estamos comiendo en familia. - dijo mi padre.
-¡Perdón! Es que es importante. - dije y me levanté de la mesa.
-Gema, siéntate. - dijo mi madre.
-Y no te levantes hasta que acabes. - dijo mi padre.
-No tengo hambre. Me voy ya.- dije.
Y me fui.

Fui de nuevo hasta el final de la playa. A las rocas. Llamé a Alex tras respirar hondo, muy hondo. Tenía que mentirle. Si me sentía capaz, quizá era porque ya no le quería. Bueno, eso lo tenía claro. Me estaba -agobiando porque tenía que cortar con él. Bueno, llamé.
-¿Alex?
-¡Gema! ¿Quién c*ñ* es Jon?
-A-Alex, cámate. - mierda, mi voz sonaba entrecortada.
-¿Que me calme? ¡Pero si me has llamado Jon!
-Es que...
-No me jodas, Gema.
-No, no, no es eso.
-¿Entonces?
-Es... un amigo nuevo que he hecho. También he conocido a dos chicas y a otro chico.
-Ah, menos mal. No quería llegar ahí y no pintar nada.
-¿Llegar?
-Es una forma de hablar. Me refiero a que somos novios y eso.
-Ah vale, no lo había entendido.
-Bueno, te dejo comer.
-Vale, adiós.
-Te quie...- colgué.
Colgué y le dejé con el te quiero en la boca.
Me sentí mal.
Pero ya no había marcha atrás.

Miré al horizonte, ¿por qué me gustaba tanto ese lugar? Dios mío, me iba a costar mucho olvidar ese lugar.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario