lunes, 14 de abril de 2014

Capítulo 42. Game over.

"Y entonces dije "Adiós". Mi corazón se paró de repente y mis pulmones dejaron de respirar. Entonces él me miró. Y su mirada me dejó en Game Over." Gema.

Había sido un final... ¿precioso? Un poco raro, la verdad.
La verdad es que no tenía claro si realmente había llegado el final. De hecho, ni sabía si existía un final en sí. Me explico, no podía olvidarlo así, sin más. No podía montarme en el coche y alejarme sin mirar atrás. Una vez, una amiga me dijo que tenía que vivir el momento. No sé a qué se refería. Antes creía que sí, creía que tenía que vivir y ya está, que tenía que hacer lo que quisiera. Pero ahora... ¿cómo voy ha despedirme? Simplemente no puedo. Y aunque me gustaría vivir el momento y pasar todo el día con mis amigos y con Jon, eso solo serviría para hacer el final más incómodo de lo que ya veía que iba a ser.

La maleta ya estaba hecha. Había seguido el consejo de mi padre. En su momento me pareció buena idea, pero ahora no tengo ninguna excusa para quedarme en el apartamento. No tengo nada con lo que entretenerme. Así que cojo el móvil y lo primero que veo es la foto del fondo de la pantalla. Es una foto de mis amigos. De mis nuevos amigos. "Joder", pienso. Hasta que veo los whatsaps que me han mandado. Quieren quedar conmigo para estar un rato juntos antes de que me vaya. No quiero ir, no puedo. A ver, no es eso. Con Unai, Estitxu e Irantzu no tengo ningún problema. El problema está con Jon. Es obvio que no puedo decirle adiós.

Me visto.

Elijo una camiseta básica de tirantes de color negro. Después cojo unos vaqueros y mis manoletinas negras. "Tengo que hacer algo", pienso, "si no, me voy a morir de aburrimiento". Busco en mi caja de accesorios y veo mis pendientes redondos de estampado leopardo y, para mi sorpresa, un reloj también de leopardo y negro. "Vaya, justo lo que quería. Ni sabía que lo había traído", pienso. Me pongo ambas cosas y miro por la ventana. 

Hacía tan buen tiempo... Tenía unas ganas tremendas de salir y dar una vuelta. Así que cogí un fular ocre y me di a la fuga. Escuché que mi padre gritaba algo así como "¿A dónde vas?" pero lo ignoré. Abrí la puerta y saqué del bolso el mapa-folleto de Vizcaya. No había pisado nada que no fueran las calles cercanas a la plaza y la playa de cabo a rabo. Desplegué el mapa-folleto y me fijé en que cada lugar interesante estaba marcado y detallado con una foto real y un pequeño párrafo de información. Parecía un atlas. El atlas de Vizcaya. 

Al rato, mi madre me llamó al móvil para saber dónde estaba.
-¿Gema?
-Dime, mamá.
-Te estamos esperando para comer. 
-¿Ya es la hora?
-Sí. ¿Dónde estás?
-Pues estoy dando una vuelta. No he visto nada en todo el mes porque he estado en la playa.
-Te entiendo pero deberías ir volviendo. La comida ya está lista.
-Bueno, pues doy la vuelta.
-Vale, te esperamos un rato más.
-Vale, hasta ahora.

Bueno, el tour acababa de ser cancelado. 

De vuelta al apartamento. Por las escaleras ya se podía oler el olor de la comida. Entré y me senté a la mesa. La sopa casi estaba fría y mis padres ya habían acabado (casi) de comer.
-Sentimos no haberte esperado, pero se iba a enfriar - dijo mi padre.
-No pasa nada - dije en respuesta.
Comí y cuando acabé la sopa, mi madre me sirvió una tortilla.
-No quedaba otra cosa en la nevera.
-Que da igual, es normal. No pasa nada. Además me gusta la tortilla.
Mi madre sonrió y cuando acabé, me ayudó a recoger la mesa. Después, empezaron a limpiar la casa porque nos iríamos sobre las nueve. Aún quedaba mucho pero ellos querían empezar cuanto antes.

Miré el grupo de WhatsApp y leí que querían quedar y que si no respondía iban a venir a buscarme.
"Pues no pienso ir con vosotros", pensé. "A no ser..."
-Vale, vamos ha quedar ahora. ¿Os parece bien?
-¡Vale! - respondieron todos.
Abrí el chat de Jon.
-Jon, quiero quedar contigo a parte. Pon cualquier excusa y no vengas ahora con todos. Quedaré con ellos hasta las seis y luego a las seis quedaré contigo hasta las nueve que es cuando me voy. ¿Vale?
-Pero yo quiero ir con todos.
Plan B.
-Joder, Jon. Es que... no quiero ya sabes qué contigo delante de todos. 
-Ahh ya te entiendo. Vale, quedamos entonces a las seis.
-Sí. Ya te diré dónde.
-Bien.
-Hasta luego. Te quiero. 
-Y yo. 

Me sentía fatal. Menos mal que se lo había dicho por WhatsApp. En persona no habría sido capaz de mentirle así... 
A las seis me reuní con todos en la plaza. Me abrazaron y empezamos a caminar en dirección a la playa.
-Gema, lo sentimos pero Jon no ha podido venir... - dijo Unai.
-No pasa nada. Ya me lo ha explicado - dije en su defensa.
-Bien, ¿a dónde vamos? - preguntó Estitxu.
-No sé. ¿Y si en vez de ir a la playa vamos por Vizcaya? Me refiero a las calles y tal - dije.
-Vale. Podemos cruzar por las calles hasta llegar a un gran parque que hay - propuso Irantzu.
-¡Sí, sí! Me encanta ir allí - dijo Estitxu.
-Pues no se hable más - dije.

Lo pasamos genial caminando por Vizcaya haciéndonos fotos. La verdad es que a unos amigos así no los iba a olvidar nunca. Llegamos al parque y era impresionante. Me recordó a Madrid por la inmensa fuente que había en medio. Estitxu me cogió del brazo y me llevó hasta una especie de colina que había. Daba la sombra de un gran árbol y se estaba muy bien. Nos sentamos y empezamos a mandar algunos tweets con las fotos que nos habíamos hecho y también las subimos a Instagram. Nos hicimos nuevas fotos tumbadas en el césped y al rato hasta Unai se unió a la sesión de fotos. También las subimos. A lo tonto modorro se hicieron las seis, así que abrí el chat de Jon.
-Jon.
Joder, no quería quedar. Tenía que pensar en alguna excusa para retrasarlo. 
-Dime - respondió.
No sabía qué hacer y entonces, me llegó un mensaje de mi madre.
-Gema, vuelve, corre. Tu padre se acaba de cargar la maleta.
"¿Hola?", pensé.
-Chicos, mirad -dije señalando el mensaje de mi madre  -. Lo siento. Tengo que ir.
-Tranquila. Iremos a las nueve a despedirte.
-Vale, venid un poco antes.
-Hasta luego - dijeron los tres mientras yo me alejaba corriendo.
Recordaba más o menos el camino de vuelta. Y si no, miraba las fotos para ver las calles en orden. La verdad es que me fue muy útil. Le mandé a Jon lo que mi madre me había mandado y le dije que quedaríamos antes de irme. Y que lo sentía. Lo último era cierto.

Llegué al apartamento muy agitada por correr. Ya eran las seis y media. Subí rápidamente las escaleras y vi que mi maleta estaba perfectamente.
-Pero... si está bien -dije. 
-No - dijo mi madre -. La cremallera está rota.
Entonces me fijé.
-¿Se puede saber qué habéis hecho? - pregunté.
-Pues verás, la maleta no estaba cerrada del todo así que he intentado cerrarla pero se a atascado y he tirado y bueno, se ha roto - dijo mi padre.
-Genial. ¿Y ahora qué hago? -dije.
-Toma - dijo mi madre dándome dinero - baja a los chinos y cógete una nueva.
-Vale - dije aceptando el dinero.

Bajé y miré los diferentes tipos de maletas. Vi una que era casi igual que la mía. Solo que esta era negra con líneas de colores en diagonal. Me decanté por esa y volví al apartamento. Pasé la ropa de una maleta a otra y miré el reloj. Ya eran las ocho. "Qué rápido pasa el tiempo cuando quiere", pensé. Hablé con todos y con Jon a parte. Era extraño. No me sentía capaz de mentirle pero lo hacía, y de buena gana, además. Mi madre me llamó para preguntarme algo.
-¿Qué tal estas vacaciones? ¿Mejor que haberte quedado en casa?
-Genial. Mucho mejor que eso. Ojalá pudiéramos volver...
-¿Te gustaría?
-¿Bromeas? Este apartamento es como mi segundo hogar y esta playa, mis nuevos amigos... Todo aquí es genial.
-Pues me alegro de que pienses así.
-¿Y eso?
-Pues que esperaba que te fueras malhumorada por haberte aburrido un montón y me alegro de que no sea así.
-Ah bueno, pues eso.

Al rato, empezamos a bajar las maletas. Ya eran y media y pronto llegarían mis amigos. Estábamos cargando todo en el coche cuando alguien vino corriendo y me abrazó por detrás. Era Estitxu.
-¡Tía, que te vas!
-¿No me digas? - dije entre risas.
-No me lo puedo creer- dijo Irantzu.
-Ya bueno, yo tampoco - dije.
-Joder, esto debe de ser malo para la salud o algo así - dijo Unai.
-Sí, las despedidas son horrorosas - dije pensando en cómo habría sido la despedida con Jon.
-¿Y qué le has dicho a Jon? - preguntó Unai.
-Pues... - empecé - la verdad es que poca cosa porque no queríamos hacerlo más difícil.
-No sé cómo no has pasado todo el día con él. A ver, que no es de mi incumbencia pero no sé, yo habría aprovechado cada segundo - dijo Irantzu.
-Ya, bueno. A ver. Lo habríamos pasado muy bien pero... luego habría sido horroroso. 
-Cierto - dijo Estitxu.
-Bueno, Gema, al coche - dijo mi padre.
Los abracé y miré al reloj. Las nueve en punto. Mi padre era puntual como un reloj.
-Bueno... supongo que este es el adiós - dije.
Se les escapó una lagrimilla y no pude contener mis lágrimas.
-Os echaré de menos - dije.
-Y nosotros - corearon.
Nos abrazamos otra vez y al final subí al coche.
Mi padre arrancó y me despedí de ellos hasta que giramos en una curva y desaparecieron de mi vista.

-¿Dónde estás? - dijo Jon por el chat.
-Lo siento he tenido un problema - dije.
-¿Y eso? - dijo.
-Nada, nada. Ya está solucionado - dije.
-Bueno. ¿Tardarás mucho?
-Pues no lo sé.
-Da igual. Ya estoy llegando a la plaza.
-¿Qué? ¿Y eso?
Mierda, mierda, mierda. 
Si iba por la izquierda, vería a todos los demás y se lo contarían pero si iba por la derecha me vería a mí. 
-Pues que como tardabas en decirme dónde quedar y tal, he decidido ir a buscarte. No quiero perder ni un segundo más a tu lado.
-Pero si iba a llamarte ahora.
-Bueno, pues ya estoy llegando.
-Y... ¿dónde estás?
Recé para que no dijera dejando el paseo de la playa.
-Pues ya estoy dejando el paseo de la playa. Tu casa está al final ¿no? Osea ya casi en la carretera por la que se sale.
Mierda, mierda, mierda.
-Sí, por ahí.

Entonces, vi una silueta al final del camino. Me oculté agachándome un poco, pero quería verlo por última vez, aunque eso significara que me odiara para siempre. Aunque bueno, tarde o temprano lo iba a descubrir. Me incorporé y me puse bien derecha. Tragué saliva y nos cruzamos con él. Fue cosa de un instante. Él me vio, yo le vi. Abrió mucho los ojos y reaccionó. Empezó a correr detrás del coche. Cuando dejamos el paseo, empezó a gritar mi nombre. Se estaba cansando ya pero no desistía. Abrí la ventana a punto de empezar a llorar y grité "¡LO SIENTO!".
Él paró de correr y yo miré hacia adelante.

¿Gema?
¿Gema?
¿Estás ahí?
¿Vas ha hacerle eso?
¿Vas ha hacerte eso a tí misma?
¿De verdad vas ha "terminarlo" de esa manera?
No solo le vas a romper el corazón sino que mírate en el retrovisor, fíjate bien. ¿Has visto qué sofoco llevas?
¿Gema? 
¿Acaso me estás escuchando?
Gema, como tu voz interior, te ordeno que reacciones.

Cogí aire y le grité a mi padre:
-¡PARA! ¡PARA POR FAVOR!
-Vale, vale. ¿Qué pasa?
Abrí la puerta del coche y eché a correr. Jon también corrió hacia mí. Sentía que jadeaba pero me daba igual. Parecía que huía de la muerte, o algo parecido. Llegué hasta él y colisionamos de tal manera que me abrazó y me levantó por los aires. Cuando mis pies tocaron el suelo de nuevo lo abracé y él me besó. Intentábamos atraernos más y más pero sabíamos que eso era imposible.
-¿Por qué? - dijo apoyando su frente con la mía y sujetándome la cara con las dos manos.
-Porque- dije cogiendo aire pero todavía jadeando - no podía hacerlo. No podía despedirme de ti. 
-¿Y los demás?
-De ellos sí que me he despedido.
-Joder. 
Y me besó.
No esperaba esa respuesta pero en ese momento solo quería besarlo.
El clarkson sonó así que me vi obligada a separarme unos centímetros de él y...
Y entonces dije "Adiós". 
Mi corazón se paró de repente y mis pulmones dejaron de respirar. 
Lo había hecho. Había terminado el libro. La historia. Todo. Adiós.
Entonces él me miró. Me recorrió de arriba abajo con la mirada y dijo "adiós". 
Su mirada cambió. Su mirada me dejó en Game Over.

Me alejé hacia atrás dando pequeños pasos. No quería darme la vuelta. No podía. Pero entonces empecé a llorar y tuve que darme la vuelta y correr. Correr lo más rápido posible. Para que todo acabara cuanto antes y para descargar mi adrenalina. Jon no me siguió. Él se quedó viendo cómo me alejaba. Al llegar al coche, abrí la puerta, lo miré y me metí en el coche.
-¿Quién era ese? -preguntó mi madre.
-Mi novio - dije-. Bueno, mi ex-novio.

El coche arrancó y miré el móvil.
-Te quiero.
Eso decía el mensaje de Jon.

-Gema... ¿recuerdas cuando te he dicho que si te lo habías pasado bien?
-Ajá.
-Bueno pues, que sepas que te lo vas a volver a pasar igual de bien las próximas vacaciones.
-Mamá, no será lo mismo vayamos a donde vayamos.
-¿Y si te digo que volveremos?
-¿¡Vamos a volver?! - salté en el asiento.
-Hemos comprado el apartamento.
-¿¡Qué?! ¡Oh, Dios mío, os quiero! ¡Para! ¡PARA!
Volví a bajar del coche y corrí de nuevo. Jon ya se estaba alejando así que, llorando de alegría empecé a gritar:
-¡VOLVERÉ! ¡VOLVERÉ! 
Jon se dió la vuelta y justo entonces me choqué contra él. Nos caímos al suelo. Tomé aire y le dije:
-Volveré.

Todavía me estaba mirando, comprobando que fuera real y no un fantasma del "pasado". 
-¿Cómo? - preguntó.
-Mis padres han comprado el apartamento.
-Entonces... ¿te veré cada verano?
-¡Sí! Y supongo que en algún puente o por ejemplo en Navidad también.
-¡¿Enserio?! - dijo mientras me cogía la cara con ambas manos.
-¡Sí! - dije justo antes de que me besara.
-Entonces... ¿volvemos a estar juntos?
-Nunca hemos roto.
Y nos besamos. 

Los demás amigos estaban en el paseo y al vernos vinieron corriendo. Les contamos todo. Hasta lo de que yo pensaba irme sin decirle nada. Nos abrazamos y al fin me fui. Subí al coche y me mantuve girada hasta que, en una curva, desaparecieron. Deja vu. 

Sonreí. Miré las estrellas que ya habían salido y entonces, me dormí. 

Buen viaje.

-Gracias, voz interior.

Continuará...





2 comentarios:

  1. Precioso! El capítulo es precioso, no tengo palabra,s espero q esta historia no se acbe nunca, un besazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aiis muuuchas gracias. Tendrá un final, pero... como podéis ver a la derecha del blog, ¡tendrá segunda temporada! No pensaba hacerla, pero una amiga me presionó para hacerla así que... Espero que os guste mucho. -A

      Eliminar