martes, 10 de junio de 2014

Capítulo 6 (49). Corrí porque ya no veía nada. Quería apretar la almohada y llorar contra ella.

No sabía qué hacer.
Estaba tumbada en la cama leyendo detenidamente la conversación con "Alex".
No me había cambiado de ropa en lo que llevaba en casa y ni siquiera el disco de Cher Lloyd me hacía sonreír. ¿Cómo iba a ayudar a Alex haciéndole creer que no sabía que era él?
A ver, en parte estaba bien porque si no había recurrido a mí desde un principio, me permitía involucrarme de manera que él estuviera a gusto. El problema era que, si se suponía que no lo conocía, corría el riesgo de meter la pata y contarle algo que solo "Gema y Alex" sabían.

Cené una ensalada con carpaccio (♥) y apagué el móvil.
"Gema, te estás rallando", pensé. "Te estás rallando demasiado".
Me miré al espejo y, sin pensármelo dos veces, fui a cambiarme de ropa.


Elegí una camiseta negra con un dibujo de la cabeza de un tigre,
unos shorts negros y por si acaso una chaqueta blanca.
Me puse unos zapatos negros con cuña y cogí un pequeño bolso 
que tenía a mano. Me puse un sombrero negro (¿por qué no?)
y salí a la calle dispuesta a tomarme algo en el NBM.

No pretendía hacer nada fuera de lugar, pero me tomé unas cuantas copas de yo qué sé antes de dignarme a bailar. Lo bueno era que como no llevaba tacones de aguja ni mucho menos, pude bailar sin caerme ni hacer el retrasado como tantas veces antes...
La verdad es que me avergonzaba de haber sido tan cría. Y sobretodo de que no hacía más que un año o dos de aquello. Tal vez estaba madurando. No sé. 

Un tío se me pegó cuando estaba bailando y, por una vez, dejé el cinismo a un lado y decidí bailar con él. Me lo estaba pasando tan bien, que hasta le sonreí. Y él me sonrió. No me había fijado en lo guapo que era hasta que había sonreído. Me mordí el labio y se rió. (¿¡Por qué tenía que hacer eso siempre?! ¿¡Acaso no podía limitarme a pensar?!). 

-Perdona - dije mirando hacia otro lado.
-No pasa nada - dijo riéndose.
-Dios, qué vergüenza - dije sin mirarlo.
-Ey, mírame - dijo. Y le hice caso - Lo que suponía.
-¿Qué pasa?
-Pues que eres muy guapa.
No pude evitar sonreír.
-Gracias - dije.
-Venga, que se supone que estamos de fiesta - dijo animándome a seguir bailando.
Dios, era un amor. Y guapisísísísimo. El NBM debía de ser mi disco de la suerte o algo así. Aunque esta vez era diferente. No era un guaperas arrogante que (por lo que yo creo) solo quería acostarse conmigo. Para evitar problemas, decidí solo bailar con él. 

No eran ni las 12 y, a pesar de que el nombre de la discoteca (Never Before Midnight) expresaba claramente cuando no debías irte, decidí que ya que ya no estaba bailando con aquel chico, debía irme. Localicé a este chico y le hice una seña de despedida. Vino hasta mí y me dio dos besos.
-Oye, encantado de conocerte.
-Igualmente - dije.
-Soy Raúl.
-Yo soy Gema - dije.
-Espero verte por aquí.
-Igualmente - dije.
Y nos despedimos. Él se desvaneció entre la multitud, de manera que ya no me era posible localizarlo y yo, me dirigí hacia la puerta.

Pero, justo al abrir la puerta, me encontré con una cara conocida.

-¡Vaya! Otra vez aquí. ¿Has venido a buscarme?
-Obviamente no - dije al ver lo chulito que venía -. De hecho, creo que he detectado que venías y por eso me estaba marchando.
-Venga, no me vengas con tu cinismo. Vamos a tomarnos algo - dijo pasándome el brazo por los hombros.
-Te he dicho que me estaba yendo - dije quitándome su brazo de encima y mirándolo fijamente.
-No me jodas que acabo de llegar - dijo con su sonrisa arrogante.
Joder, joder, joder.
Joder.
¿Por qué tenía que atacarme con su sonrisa?
No, no, no.
No.
-Te he dicho que no. Que me habría ido hace rato de no ser por ti.
-Bueno, hace rato... Nos acabamos de encontrar.
-¿Ves? Me aburres tanto que cinco minutos me parecen horas.
-Venga, no seas así - dijo cogiéndome por el brazo y sonriendo. Sí, de nuevo.
-Por favor... Déjame - dije seria.
Dios, si hasta me había dolido a mí. No debería haberle respondido así, pero era tarde para rectificar. 
-Perdona...
-No. Tienes razón, perdona - dijo serio.
-Tranquilo... Tus extraños trucos de ligue funcionarán con otra - dije sonriendo como cuando intentas que un niño no se sienta culpable. 
-Pero, yo quería que funcionaran contigo - dijo.
-Venga, no me hagas pucheros. Vamos a dar una vuelta, pero no esperes nada - dije sonriendo.
-¡Vale! - dijo obediente como un cachorro.

Dimos una vuelta por allí cerca y estuvimos hablando. Fue raro porque sentí que podía confiar en él y sin embargo iba de chulo la mayor parte del tiempo. Aunque bueno, técnicamente yo no podía saber eso: nos habíamos visto dos veces. Era raro porque era salir de la discoteca y se portaba bien. Tenía que probar el experimento de entrar en la disco a ver si cambiaba de nuevo jaja.

-Oye, debería irme, ya son casi la una.
-No...
-De verdad, es que de hace tarde.
-¿Qué más da? ¿Acaso tus padres van a echarte la bronca? - dijo con ironía.
Joder, obviamente él pensaba que no vivía con ellos. O, como mínimo, que era mayor de edad. Dejé de caminar y sentí un escalofrío. Pues había dado en el clavo con su ironía.
-Joder - dijo él girándose cuando vio que me había quedado atrás -. ¿Vives con tus padres?
-Sí, bueno... - dije yo.
-Qué mal, ¿no? ¿No te gustaría tener aunque sea un estudio o un pequeño apartamento? 
-Bueno... - dije esta vez.
-¿De verdad te gusta seguir con tus padres? A ver que yo los veo todos los domingos pero me gusta vivir solo.
-Hombre... - dije.
-Perdona no te he dejado hablar.
-No si no importa...
-Cuéntame tu situación - dijo mirándome fijamente.
Cogió mi sombrero y se lo puso. Se lo quité inmediatamente y me lo puse.
-No me quites el sombrero - dije.
-Vale, pero no me cambies de tema.
-Hombre, yo no veo mal vivir con mis padres.
-¿Y eso? A ver, ¿cuántos años tienes? Seguro que conozco algún sitio en que encuentres algo bonito y barato.
-No... Da igual...
-Que sí. A ver... ¿24? ¿25?
-No, no...
-Oye que te quiero ayudar a encontrar algo para ti. Si quieres puede ser cerca de donde vives. Si me das tu dirección... - dijo. Pero no pudo terminar de hablar porque le interrumpí.
-Que no, que de verdad que no quiero nada.
-¿¡Pero por qué?! Aunque ahora no lo veas claro luego te gustará.
-¡Porque tengo diecisiete años!

Y se hizo el silencio.

-Vaya... ¿en serio? - dijo tras unos minutos.
-Sí. 
-Joder - dijo mirando a todas partes.
-Eso es precisamente lo que quería evitar.
-¿El qué?
-¡Eso! Tu reacción, lo que piensas de mí ahora.
-Hombre, es que pasar de pensar que me gustaba una chica de mi edad a una menor...
-¿Te gusto?
-A ver... Sí, pero...
-¿Pero...?
-Pero joder tengo 25 años.
-Veinticinco...
-Sí, veinticinco. Así que lo mejor será que me vaya a... - dijo señalando a ninguna parte con el pulgar. Pero, de nuevo no pudo acabar, porque lo interrumpí, pero con un beso.
-¿¡Qué haces?! - dijo él apartándose de mi.
Lo miré decepcionada. O entristecida. No sé, no tenía ni idea de qué sentía. Tal vez rabia. Noté que no veía bien y es que las lágrimas estaban a punto de salir. Me alejé lentamente de él negando con la cabeza y él me miró arrepentido.
-Perdona... - dijo acercándose a mi.
-No, no. Vete, no vaya a ser que te vean con una menor - dije.
-Joder, ¿es que no te das cuenta? Ofrecí alcohol a una menor, me acosté con una menor...
-Eres tú el que no se da cuenta. El que cree que está tratando con una niña. Y vale, sé que no soy adulta ni madura ni mucho menos, pero tu actitud tampoco es muy adulta ni madura ni mucho menos, así que deja de pensar en que te has acostado con una menor y empieza a pensar en que te acostaste conmigo. Y te gustó.
Me di la vuelta y corrí. Corrí porque ya no veía nada.
Corrí porque me dolía el corazón.
Corrí porque había sido una estúpida.
Corrí porque había confiado en alguien a quien conocía de una noche.
Y corrí porque quería olvidarme de todo y que él, a su vez, me olvidara.

Llegué a casa y entré por la ventana como tantas veces antes y me quité la ropa. Me desmaquillé de malas maneras y me metí a la cama. Todo así, en dos minutos. Porque no quería estar despierta. Quería apretar la almohada y llorar contra ella. Quería dejar de pensar en por qué me afectaba tanto.
Y
en 
por
qué
me 
atraía
tan...


to.

Continuará...

(Próximo capítulo nº50 así que... esperemos que pase algo interesante)





No hay comentarios:

Publicar un comentario